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Tu Escudo de Seguridad: 10 Claves para Prevenir Delitos en Desastres Naturales

Claves para prevenir delitos
La vulnerabilidad ante la fuerza de la naturaleza

México es un país de contrastes y una nación de gran fortaleza. Su privilegiada ubicación geográfica le otorga una enorme riqueza natural, pero también lo expone a una amplia variedad de fenómenos que, en cuestión de minutos, pueden alterar la vida de millones de personas. Los sismos, huracanes, inundaciones, incendios forestales, deslaves y sequías forman parte ineludible de nuestra realidad. De hecho, según el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), nuestro país se encuentra entre las naciones con mayor exposición a amenazas naturales en el mundo

Hemos vivido eventos recientes que han marcado la historia: los sismos de septiembre de 2017 que provocaron una enorme devastación, y más recientemente, en octubre de 2023, el huracán Otis que impactó con fuerza histórica la costa de Guerrero, destruyendo gran parte de Acapulco y dejando una ola de incertidumbre y pérdida. A estos sucesos se suman los incendios forestales y las inundaciones que afectan anualmente a múltiples estados.

En medio del caos y la confusión que generan los desastres naturales, surge un riesgo adicional: los delitos y abusos que se cometen aprovechando la vulnerabilidad de las personas. Los saqueos, robos, fraudes, extorsiones y agresiones suelen aumentar en contextos donde la seguridad y el orden se ven comprometidos o interrumpidos.

Por ello, es fundamental entender que la prevención del delito es una parte esencial de la protección civil y la resiliencia comunitaria. Estar preparados no solo salva vidas, sino que protege nuestro patrimonio y bienestar emocional. A continuación, te comparto 10 recomendaciones clave para mantener la seguridad personal, familiar y patrimonial durante y después de un desastre natural.

1. Mantén la calma y establece canales seguros de comunicación

En una emergencia, la calma es el primer paso hacia la seguridad. El pánico puede llevar a decisiones apresuradas. Antes de cualquier evento, elabora un Plan de Comunicación Familiar: define un punto de encuentro seguro, ten a la mano una lista de contactos importantes y establece cómo se comunicarán si las redes telefónicas colapsan.

Durante el evento, evita difundir rumores o información no verificada. Infórmate únicamente a través de fuentes oficiales (Protección Civil, CENAPRED o autoridades locales). Una comunicación clara y veraz es esencial para reducir el pánico y evitar ser blanco de desinformación.

2. Prepara tu Mochila de Emergencia y resguarda tus documentos

La Mochila de Emergencia no solo debe contener agua y alimentos, sino también una carpeta con tus documentos esenciales. Incluye copias de tus identificaciones, actas, pólizas de seguro, escrituras y comprobantes de domicilio. Guárdalos en fundas impermeables y, si es posible, respalda versiones digitales en una nube segura.

Después de un desastre, es común que se incrementen los casos de fraude y robo de identidad al realizar trámites de ayuda o apoyos gubernamentales. Tener tus documentos organizados te permitirá actuar rápidamente y proteger tu información.

3. Protege tu privacidad en redes sociales

Durante las emergencias, la necesidad de buscar ayuda o informar a seres queridos lleva a muchas personas a compartir su situación en redes sociales. Sin embargo, esta práctica puede ser peligrosa: publicar tu ubicación en tiempo real o mostrar que tu casa está desocupada puede atraer la atención de delincuentes.

Comparte información solo con personas de confianza y evita publicar detalles sensibles en formatos públicos. Usa mensajes directos o llamadas para comunicarte con familiares, y no reveles datos que comprometan tu seguridad.

4. Refuerza la seguridad de tu vivienda

Si vives en una zona propensa a desastres, toma medidas preventivas. Instala cerraduras seguras, rejas o películas protectoras en ventanas. Considera sistemas de alarma o cámaras de videovigilancia que puedas monitorear. Lo ideal es que estos sistemas cuenten con un respaldo de energía (batería) que funcione aun si hay un corte eléctrico prolongado.

Durante los desastres, muchas viviendas quedan desocupadas temporalmente, lo que incrementa el riesgo de robo o vandalismo. Una casa protegida y visible para tus vecinos será menos vulnerable.

5. Crea una red vecinal de apoyo y vigilancia

La comunidad es tu primera línea de defensa. Organiza con tus vecinos una red de Vecino Vigilante o de apoyo mutuo que les permita compartir información, coordinar ayuda y alertar sobre movimientos sospechosos.

Pueden usar grupos de mensajería o radios de comunicación para mantenerse conectados. En momentos críticos, una comunidad organizada puede prevenir saqueos, detectar fraudes y brindar asistencia inmediata.

6. Verifica siempre la identidad del personal de ayuda

Tras un desastre, es inevitable la presencia de personas que se presentan como voluntarios, rescatistas o representantes de instituciones. Antes de brindar información o permitir el acceso a tu vivienda, verifica rigurosamente su identidad. Solicita credenciales oficiales, revisa los logos en sus uniformes y asegúrate de que usen vehículos institucionales.

Si tienes dudas, contacta directamente a Protección Civil o a las autoridades locales. La verificación te protegerá de posibles intentos de robo o fraude.

7. Desconfía de ofertas de ayuda inmediatas por teléfono o mensaje

Los delincuentes aprovechan el desconcierto para cometer fraudes telefónicos o electrónicos. Pueden ofrecer apoyos económicos, reconstrucción o donativos a cambio de información personal o depósitos de dinero.

Nunca compartas datos bancarios, contraseñas ni documentos por teléfono, correo electrónico o redes sociales. Verifica cualquier oferta o ayuda a través de los canales oficiales del gobierno, instituciones reconocidas o fundaciones con reputación comprobada.

8. Mantén la vigilancia en refugios o centros de apoyo

Los refugios y albergues son lugares de resguardo temporal, pero el hacinamiento puede generar riesgos. Mantén contigo tus pertenencias más importantes (documentos, dinero, llaves y teléfono).

Si acudes con tu familia, establece un punto de encuentro dentro del refugio y enseña a los niños a no alejarse ni aceptar ayuda de desconocidos. La prevención y la vigilancia constante dentro de estos espacios son cruciales.

9. Participa activamente en simulacros y planes de emergencia

La preparación salva vidas. Participar en simulacros te permite conocer las rutas de evacuación, los puntos de reunión y las medidas de respuesta ante distintos tipos de desastres. Estos ejercicios fortalecen la capacidad de reacción y reducen el caos, un factor que a menudo es aprovechado por los delincuentes.

Involucra a toda tu familia, enséñales qué hacer, y asegúrate de que todos sepan dónde están los suministros de emergencia. La práctica constante genera confianza y seguridad.

10. Fomenta la cultura de la prevención y la solidaridad

La seguridad no termina cuando el desastre concluye. La verdadera protección surge de la prevención constante y la cooperación comunitaria. Involúcrate en programas vecinales de protección civil y prevención del delito. Informa a tus vecinos sobre posibles riesgos y fomenta una actitud solidaria.

La colaboración entre familias fortalece la resiliencia del entorno. Cuando la comunidad trabaja unida, las oportunidades para los delincuentes se reducen considerablemente.

Principales Riesgos de Seguridad durante los Desastres Naturales

Conocer estos riesgos y saber cómo actuar ante ellos es esencial para reducir la vulnerabilidad:

  • Saqueos y Vandalismo: Comercios, viviendas o vehículos desocupados o sin resguardo.

  • Fraudes y Estafas: Personas que se hacen pasar por funcionarios o benefactores para obtener dinero o datos.

  • Robo de Identidad: Mal uso o pérdida de documentos personales esenciales.

  • Extorsiones y Llamadas Falsas: Grupos que se aprovechan del miedo y la confusión generalizada.

  • Conflictos en Refugios: Problemas derivados del hacinamiento, la tensión o la falta de control.

Conclusión: La prevención, el escudo más fuerte ante la adversidad

Los desastres naturales son inevitables, pero los delitos que surgen en torno a ellos sí pueden prevenirse. La seguridad no depende únicamente de la suerte, sino de la preparación, la información y la organización.

Cada acción preventiva que tomamos —desde crear una Mochila de Emergencia hasta fortalecer la unión vecinal— nos permite enfrentar con mayor fortaleza los momentos difíciles. México ha demostrado en innumerables ocasiones que su verdadera fuerza radica en la solidaridad de su gente y en su capacidad de organizarse.

Prepararse no significa vivir con miedo, sino vivir con responsabilidad y conciencia. Cuando la naturaleza nos pone a prueba, la prevención y la unión se convierten en nuestras mejores aliadas. Recordemos siempre que la seguridad comienza en casa, y que la prevención es el escudo más fuerte ante cualquier adversidad.

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